Una vez más Rodolfo Arias Formoso nos sorprende. Ya hemos mencionado, en reiteradas ocasiones, su prodigiosa capacidad de crear personajes vivos, vibrantes, aun cuando se aventure lejos de su entorno. En Mamá tiene cien años, su nueva novela, da un salto más allá. Los escritores no transitan con facilidad —salvo honrosas excepciones— por la creación de personajes femeninos. Ofrecer el perfil de mujeres dotadas de «vida verdadera» no es su fuerte; ellas se resumen como meras figurantes en el universo masculino. Rodolfo asume el reto y se aventura cual moderno demiurgo. Nos lleva de la mano, conduciéndonos al mundo interior de una mujer, sus necesidades, sus deseos, sus frustraciones y dolores, en un viaje sensible y cargado de emotividad, y desde una comprensión cabal de ese universo. El estilo es depurado y cada palabra se sostiene como la necesaria para constituir un texto de gran belleza formal. Nos presenta además un conmovedor retrato de las relaciones interpersonales en una familia de inmigrantes italianos, de lo oculto y lo expuesto, lo sórdido y lo luminoso, ofreciéndonos pistas muy certeras para comprender de qué estamos hechos como país. Les invito a dejarse seducir por esta nueva novela de Rodolfo Arias Formoso.