Premio Carmen Lyra 2025
Este álbum ilustrado presenta el viaje de autoconocimiento de una criatura del bosque, cuya gran sensibilidad le permite admirar la belleza que la rodea, pero que aún no reconoce la suya propia. El relato invita al lector a acompañar al protagonista en el proceso de toma de conciencia de su propio valor e identidad hasta descubrirse como parte fundamental de un universo llamado bosque.
Esta narración es rica en imágenes visuales y poéticas que cobran vida en los diferentes personajes que el protagonista va descubriendo, lo cual le permite darse cuenta de que es bello y visible como todas las demás criaturas.
Una mujer. Un esqueleto.
Y un apartamento.
Raquel, actriz y profesora de teatro, decide llevar a casa un esqueleto de utilería de la obra en la cual está trabajando. En la soledad de su apartamento, la presencia de ese objeto inerte —que parece observarla sin descanso— comienza a alterar la rutina. Lo que inicia como una curiosa convivencia se transforma en una relación inesperada. Las conversaciones con el esqueleto se intensifican, rozando la obsesión, y con ella, el pasado irrumpe con sus traumas aún latentes.
«La mujer y el esqueleto propone una experiencia teatral simbólica y perturbadora. En ella afloran con crudeza los vestigios de la violencia, el abuso y los traumas psicológicos no resueltos, lo que convierte al tema en vigente y pertinente. A través de un lenguaje poético-escénico, que transita entre lo metafórico y lo visceral, la obra desarrolla un juego escénico inquietante y sugestivo, en el que los límites entre lo real y lo ficcional se desdibujan con habilidad».
María Bonilla Picado,
Laura Santamaría Villegas,
Kevin Leiva Salazar.
Jurado del XX Concurso Nacional
de Dramaturgia Inédita del
Teatro Nacional de Costa Rica
Nadie que esté feliz escribe es un libro que desafía la idea de que la escritura nace del dolor. A través de cuarenta poemas íntimos y profundamente humanos, Gustavo Solórzano-Alfaro nos invita a mirar la vida desde la ventana de la cotidianidad: el vino compartido, el regreso del trabajo, el jardín y sus hormigas. Con un lenguaje sencillo pero cargado de resonancias culturales y emocionales, el autor construye una masculinidad reflexiva, amorosa y madura, donde las mujeres —la madre, la hermana, la esposa— son centro y equilibrio.
Este libro es también una reconciliación con el matrimonio, con la vida en pareja, con los días que no hacen noticia pero que sostienen el mundo. Escribir desde la felicidad parece imposible, pero Solórzano-Alfaro lo logra, y en ese logro hay una belleza que conmueve. Publicado previamente en el extranjero, su llegada al catálogo de la Editorial Costa Rica es un acto de justicia poética: este libro merece estar en el linaje editorial costarricense.