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María Leal de Noguera nació en Lagunilla de la ciudad de Santa Cruz, Guanacaste, en 1896. En 1907, recibió una beca para trasladarse a San José y estudiar en el Colegio Superior de Señoritas, donde fue alumna de Joaquín García Monge, con quien construyó un entrañable vínculo intelectual y fraterno. En 1914, se graduó como maestra normal y regresó a su natal Guanacaste, y ahí en su tierra fue donde sembró la semilla del amor por la lectura, cuya profunda raíz se ha extendido hoy a todos los rincones de Costa Rica.
En 1925, estableció el primer jardín de infantes en Santa Cruz de Guanacaste y, con el ímpetu que le era propio, por las noches se dedicaba a programas de alfabetización de personas adultas. A pesar de sus problemas de salud, nunca dejó de trabajar, convencida de la importancia de la cultura para los pueblos, hasta que en 1941 recibió su pensión reglamentaria, mientras ejercía como maestra en la Escuela de Santa Cruz, Guanacaste.
En el campo literario se distinguió por sus libros infantiles y sus artículos en los que recoge leyendas, costumbres y estampas del pueblo de Guanacaste. Muchos de sus artículos los publicó en la revista Repertorio Americano. Dentro de sus publicaciones, destacan Cuentos viejos (1923), De la vida en la costa (1959) y Estampas del camino (1974).
Por su fecunda labor, recibió, en 1955, la distinción de «Mujer del Año». Asimismo, su cantón natal le dedicó un mural y una estatua en el parque, y la Escuela de Santa Cruz lleva hoy su nombre. Murió en Lagunilla de Santa Cruz, Guanacaste, en 1989. Su legado trascendió y, por ello, fue declarada Benemérita de la Patria en 2022 por la Asamblea Legislativa.